La salud bucodental es clave para asegurar una buena calidad de vida y es durante la Navidad que los cambios de rutina no ayudan a prestar la atención y a dedicar el tiempo que nuestra dentadura necesita. Por eso en las fechas navideñas es importante no bajar la guardia y proponernos cumplir algunos propósitos fáciles para no arrepentirnos en enero.
Y es que después de la Navidad aumentan las visitas al odontólogo. ¿Los principales motivos? Reparar daños en las piezas dentales y limpiar la suciedad acumulada tras los excesos.
Cuidar el tipo de comida y bebida, así como mantener una buena higiene bucodental te ayudarán a evitar más de un problema con tus dientes. ¡Toma nota!
El azúcar: los postres y los dulces navideños son altamente cariogénicos por la cantidad de azúcar que poseen. Los blandos, como las frutas escarchadas y el mazapán, se adhieren a los dientes dificultando su eliminación.
Los alimentos duros: el turrón y el marisco pueden ser grandes enemigos de nuestra dentadura sobre todo en los casos en los que contamos con carillas, implantes y ortodoncia. Una buena recomendación es trocear el turrón en partes pequeñas y utilizar utensilios para no tener que morder el marisco.
Las bebidas alcohólicas y gaseosas: este tipo de bebidas son muy dañinas para el esmalte. Además, el vino tinto y los refrescos de cola potencian la aparición de manchas.
El tabaco: las quedadas con familiares y amigos suelen estar acompañadas de un mayor consumo de tabaco. El humo de los cigarrillos y los puros disminuye la oxigenación de los tejidos que rodean al diente.
Cepillar bien los dientes: un cepillo dental de viaje será tu aliado cuando comas fuera de casa. Un buen cepillado tras las comidas ayudará a prevenir la formación de placa bacteriana y el mal aliento. El hilo dental también es fácil de llevar contigo a todos lados.
Cita con el dentista: la Navidad es una buena época para revisar tus caries y el estado de tus dientes. Regalar salud dental puede ser la mejor forma de empezar el año con una buena sonrisa.