El implante dental es una técnica cada vez más popular a la hora de reemplazar dientes perdidos o dañados. Su eficacia a largo plazo hace que el implante se consolide como una solución duradera para quienes quieren restaurar la función y la estética de su dentadura.
¿Pero qué es un implante dental? Consiste en una pieza de titanio con forma de tornillo que se coloca en el hueso de la mandíbula para ocupar el lugar de la raíz del diente perdido. Sobre el implante se coloca una corona dental visible que funciona como un diente natural.
Si estás barajando esta solución odontológica, puede que la siguiente información te ayude a tomar una decisión. ¡Atento!
- Antes de someterte a un implante dental, es importante que solicites una evaluación completa por parte de un dentista especializado en implantes dentales. Durante esta evaluación, se examinará tu salud bucodental y se analizará la cantidad y calidad del hueso de la mandíbula.
- El procedimiento se realiza bajo anestesia local y consiste en hacer una pequeña incisión en la encía para acceder al hueso de la mandíbula, donde va insertado el implante. Después, se cerrará la encía con puntos de sutura.
- Tras el paso anterior, se requiere de un tiempo de cicatrización. El implante, además, debe fusionarse con el hueso de la mandíbula en un proceso llamado osteointegración. Durante esta fase, el paciente tendrá que seguir cuidadosamente las instrucciones del dentista para cuidarse de posibles infecciones.
- Una vez que se ha completado el proceso de cicatrización, se coloca la corona dental sobre el implante, diseñada a medida para que logre encajar en la cavidad bucal y teniendo en cuenta el color y la forma del resto de los dientes del paciente.